A partir de enero de 2010, los bancos colombianos están obligados a ofrecer tarjetas inteligentes para reemplazar las tradicionales de débito y crédito de sus clientes. Esta medida, que hace parte de una iniciativa de la Superintendencia Financiera para evitar la clonación, guiará las iniciativas comerciales de las corporaciones en el futuro.

Las tarjetas inteligentes son pequeños computadoras, formadas por microprocesadores, memorias independientes y sistemas operativos, y  están en capacidad de gestionar aplicaciones y almacenar datos que se relacionen con servicios independientes. Esta característica les permite prestar servicios de valor agregado independientes a la actividad bancaria.

La primera entidad financiera en comenzar un proyecto relacionado con esta tecnología es AV Villas, que ya tiene en funcionamiento 2.600 tarjetas inteligentes (2.200 de débito y 400 de crédito), como parte de un plan piloto que lanzó entre sus funcionarios.

Por Editorial

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